Pasar a la acción

Bueno, pues por fin he dado un paso. No sé si llamarlo un paso pequeño o grande, quizás no haga falta definirlo, el caso es que ahí está. En este proceso en el que me encuentro, en plena búsqueda de mis auténticas necesidades y de hacer efectivo el cambio, me siento satisfecha por haber pasado a la acción. Por fin.

Un sencillo cambio en mi rutina. Así ha sido este comienzo para mí, algo aparentemente fácil que, por alguna razón, se me resistía. Según la chica que me acompaña en este proceso, es importante empezar por metas alcanzables, no demasiado ambiciosas, con el fin de no saturarme. Me pareció muy interesante la explicación que me dio sobre cómo el cerebro responde mejor ante cosas muy concretas y detalladas, en lugar de generalidades. Por ejemplo, en lugar de decir «Voy a comer sano«, es mejor decir: «Voy a comer tres porciones de fruta al día después de las tres comidas principales«.

También es importante visualizar lo que vamos a hacer antes de ponernos a ello. Intentar hacerlo con los cinco sentidos, para así facilitar a nuestro cerebro la tarea de asimilar toda esa información nueva y tener más garantías de llevarlo a cabo. Y, otra cosa importante, tener claros los beneficios que nos va a reportar cada pequeño paso que demos.

Se trata de técnicas que me parecen muy positivas, a priori, y que me apetece probar. Dentro de una semana, después de haber seguido mi nueva rutina de lunes a viernes, podré valorar cómo me siento, cuánto me ha costado, y por dónde quiero seguir hasta llegar a mi objetivo final.

Me gustan los retos, me gusta sentir que estoy haciendo algo para mí.  Supongo que esto ya es un buen indicio de que algo estoy haciendo bien 🙂